La disponibilidad y calidad del agua dulce depende de la salud de los ecosistemas. Mientras más afectados se encuentran los ecosistemas, más costoso es transformar el agua dulce en agua potable, para consumo humano y otros usos.
Desde los inicios de nuestra vida republicana, la cobertura boscosa de Panamá ha venido decreciendo significativamente, impactando la calidad física y química del agua dulce.
En cuanto al porcentaje de cobertura boscosa para el año 2012, se determinó que Panamá tenía el 40.4% del territorio con superficie boscosa, el cual fue disminuyendo llegando a una cobertura de 39.8 % en el 2014; se prevé que de mantenerse la tendencia actual, en el año 2038, Panamá tendría solo 30.6%, de cobertura boscosa.
En este contexto, una menor cobertura forestal en suelos, aumenta la vulnerabilidad del suelo ante las lluvias y sequías, con impactos en las fuentes de agua. Si a ello se suma que gran parte de las actividades se realizan sin técnicas apropiadas, aumentará la escorrentía, la pérdida de suelo fértil y el porcentaje de sedimentos en los cursos de agua.
Para revertir esta tendencia histórica, el Gobierno Nacional se ha sumado a la Alianza por el Millón de Hectáreas Reforestadas en 20 años; iniciativa público privada, fundada por ANARAP, ANCON, CCIAP y con más de 40 entidades públicas y privadas participantes, cuya meta es restaurar la cobertura forestal de las cuencas hidrográficas y coadyuvar en la dinamización de la economía rural, la conservación del recurso agua y el ecoturismo.
Es importante resaltar que los recientes estudios sobre la cobertura boscosa de Panamá demuestran que la tasa de deforestación se encuentra entre 10,000 a 13,000 ha/año en el periodo de 2006 a 2012 y los mismos hallazgos indican un comportamiento continua en declive.
Otro factor de riesgo para asegurar la disponibilidad de agua y la conservación de la biodiversidad de las cuencas hidrográficas es la contaminación de las fuentes superficiales y subterráneas. Existen 63 vertederos a cielo abierto con incidencia directa e indirecta a las riberas de cursos de agua, manglares y zonas marino costeras, y otras fuentes de contaminación puntual y difusa provenientes de actividades productivas, industriales y domésticas que requieren adecuado manejo y tratamiento.
En este sentido, se elaboró la primera línea base de calidad de agua para consumo proveniente de fuentes superficiales y subterráneas, por lo que en el 2015, se ejecutó un convenio tripartita entre MiAMBIENTE, MINSA e IDAAN, a fin de llevar a cabo el proyecto de Monitoreo de Calidad de Agua para Consumo Humano, monitoreando 3,383 puntosa nivel nacional, con muestras provenientes de acueductos rurales, pozos y plantas potabilizadoras, contemplando el agua cruda y tratada en esta última fuente de abastecimiento.
La infografía 34 presenta el mapa con los niveles de riesgo identificados para todas las cuencas hidrogáficas del país.
Es importante resaltar que en la actualidad el MINSA, el IDAAN y el MIDA ejecutan acciones concretas para:
Un aspecto que preocupa en los últimos años es el relativo al crecimiento urbano no planificado, el cual vulnera las fuentes de abastecimiento de agua actualmente disponibles, lo que genera mayores costos al Estado y a los ciudadanos en términos de pérdida de bienestar individual y comunitario.